martes, 13 de enero de 2009

LO QUE HAY QUE SABER SOBRE LA FIEBRE?



Es un síntoma habitual en los primeros años, no siempre indica infección ni gravedad, y desaparece al combatir la enfermedad que la produce.

El chico está irritable, todo le molesta, llora con una facilidad asombrosa, se cansa de jugar al minuto de haber comenzado... En una de las numerosas ocasiones en las que reclama atención, la madre o el padre le ponen la mano en la frente o en el pecho y confirman lo que habían empezado a sospechar: tiene fiebre. Podrían asegurarlo sin utilizar el termómetro.

Quienes tienen hijos chicos reconocen la fiebre enseguida porque es un síntoma muy frecuente durante la infancia, período en el que el sistema inmunológico no está desarrollado y los chicos enferman con facilidad.

Pero, a pesar de ser tan familiar, la fiebre resulta inquietante. Prueba de ello es que el 80 por ciento de los pequeños atendidos en emergencias son llevados por tener fiebre más o menos alta.

¿Qué se considera fiebre?
Para efecto prácticos se dice que hay fiebre cuando el termómetro sobrepasa los 38º cuando se toma por vía rectal, que suele ser la temperatura normal del cuerpo humano. Pero los médicos distinguen varios tipos de fiebre. Se habla de fiebre moderada si el termómetro marca de 38,1 a 39º. Entre los 39,1 y los 40º se considera que es una fiebre alta y, cuando la temperatura sobrepasa los 40', hay que llamarla hiperpirexia.

¿En qué consiste?
Se trata del síntoma de una enfermedad. En el gran porcentaje de los casos, ésta es infecciosa, producida por virus o por bacterias, pero también puede aparecer ante una patología del sistema inmunológico y otros trastornos, como la artritis reumatoide o simplemente deberse al exceso de abrigo, sobre todo en los más chiquitos.

¿Por qué se produce?
La temperatura del organismo es controlada desde una estructura nerviosa, el centro de termorregulación del hipotálamo, que está situado en la base del cerebro. Este centro funciona igual que el termostato de una estufa. Si el ambiente es caluroso, pone en marcha los mecanismos para que el cuerpo pierda calor: dilata los vasos sanguíneos y activa las glándulas sudoríparas y la gran sudoración que todos conocemos Por el contrario, si hace frío, eleva la temperatura corporal contrayendo los músculos, las venas y las arterias y aparecen los calofríos tan molestos.


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¿Cómo afecta al organismo?
La fiebre provoca una serie de reacciones en el cuerpo. Mientras el termómetro no ha alcanzado los 38º, el enfermo tiene una desagradable sensación de frío, sufre las típicas contracciones musculares conocidas como escalofríos y palidece. Su piel está seca y fresca al tacto.

Una vez que la temperatura se ha elevado, aparecen el calor y la sudoración. La piel del paciente está caliente y húmeda, y las mejillas, enrojecidas.
Puede haber dolores de los músculos y las articulaciones.

¿También puede bajar la temperatura?
Los bebés más pequeños pueden reaccionar ante un trastorno de salud elevando o bajando la temperatura, aunque lo último es menos frecuente. En este segundo caso el bebé está frío y aletargado, y se lo debe llevar al médico urgentemente, igual que si tuviese fiebre.


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